Es importante enseñar al usuario en cuanto al manejo de los mecanismos de apertura y cierre, ya que, aunque su funcionamiento es siempre sencillo, en algunas ocasiones nos encontramos con daños ocasionados innecesariamente por maniobras erróneas, golpes bruscos, etc.
Hay que evitar colocar pesos en la hoja de la ventana, presionar dicha hoja contra la pared cuando esté abierta, este esfuerzo produciría un efecto palanca que podría dañar seriamente la posición de las bisagras y en consecuencia el cierre hermético de la ventana. Otro detalle en el que tenemos que estar atentos, es el de no introducir ningún elemento extraño entre la hoja de la ventana y el marco.
Es conveniente limpiar con un pequeño pincel rígido los mecanismos de giro, así como los de deslizamiento y después engrasarlas con una periodicidad anual.
Para la limpieza sin complicaciones de las superficies exteriores lisas y libres de porosidades de las ventanas en PVC, basta con utilizar agua normal, productos de limpieza SIN disolventes, bencina blanca, detergente, soluciones acuosas de amoníaco o agua con jabón.
Hay que evitar el uso de productos a base de materiales abrasivos, también en suspensión acuosa y ciertos disolventes orgánicos, los primeros rayarían la superficie y los segundos la volverían opaca. Como sugerencia práctica, se deben excluir, los cetónicos, aromáticos y cloruros (acetona, benceno, trielina).
En caso de ralladuras o golpes, se debe frotar el perfil con un papel lija de grano regresivo (el más delgado), y después pulir con un paño de lana. Este método no puede ser aplicado sobre los perfiles con acabado acrílico. El mantenimiento de las juntas es mínimo, ya que, están fabricadas a partir de materiales extremadamente resistentes, aunque su posible deterioro por el paso del tiempo conlleva únicamente el cambio de las mismas, debido a la facilidad de desmontaje y montaje. A la hora de limpiarlas no debemos utilizar productos con base ácida, hay que limpiarlos sólo con agua tibia.